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lunes, 10 de noviembre de 2014

EPINEFRINA PAL BODY

Epinefrina, o adrenalina, esa hormona y neurotransmisor a la que la menda recurre más de lo que quisiera y que ayuda, y mucho, en situaciones un tanto extremas, volvió a contraer mis vasos sanguíneos hace pocos días.

El niño punk tuvo, otra vez, una urgencia médica. Lo que parecía un catarrete común de los de beber calditos y ponerse gorro y bufanda para salir a la calle, se torció en una nueva urgencia de esas en las que ya estoy entrenada por su uróloga. Máximo 4 horas para llegar a quirófano.

Por suerte esa mañana mi amiga epinefrina se puso a trabajar rauda y veloz e hizo que mis dedos marcaran el 112 y que en la ambulancia salieran las palabras germanas adecuadas ante el médico de urgencias para salir pitando para el hospital. Y eso nos libró del quirófano. Pero no del ingreso.

Esta vez la novedad fue que en la ninonino, perdón, ambulancia, íbamos el niño punk y yo persiguiendo el coche del médico de urgencia y detrás persiguiéndonos en su superbólido iban mi suegro y el niño nuevo que a su vez perseguía su fuente primera de nutriente. Mis pechos, vaya. Escena de película de los hermanos Marx...

Una vez en el hospital y controlada la situación, puesta la vía, el suero y antibiótico por vena ("cariño, cuando salgas te compro un dragón, pero ahora estate quieto!") llegó el nuevo problema logístico ya que el niño nuevo tenía vetada la entrada en planta.
Así que sobrevivimos más de 9 horas turnándonos mi suegro y yo niño punk y niño nuevo. Yo salía de la habitación de planta a amamantar al niño nuevo, en una silla pegada a los ascensores, cuando este berreaba de tal forma que mi suegro empezaba a suplicar la inyección letal para él.

Menos mal que en todas la historias hay un héroe y en este caso fue maridin, que se cogió un par de camisetas, el cepillo de dientes y la baja y se presentó lo antes que pudo ( 21:30 de la noche) a cuidar del niño punk el tiempo que hiciera falta.

No fue mucho, solo tres días esta vez, pero a mí se me hizo eterno ya que fue la primera vez que no pude quedarme con él en el hospital. Y yo, solo yo,  y mi amiga la "epi" sabemos dar la vara a los doctores para que nos DIGAN ALGO POR FAVOR. Tenemos tablas...